Azúcares naturales y artificiales

No nos cansamos de repetir que nuestros zumos son 100% naturales y no contienen azúcares añadidos, al igual que muchos otros productos ékolo. Insistimos en ello porque este tipo de azúcares no son precisamente buenos para nuestro organismo ya que, consumidos en exceso, pueden causar enfermedades cardiovasculares, obesidad y otros problemas de salud que detallaremos más adelante.

Naturales

Los azúcares naturales son aquellos que, como su propio nombre indica, se encuentran de manera natural en los alimentos no procesados. De esta forma, la fructosa (los azúcares de la fruta) o la lactosa (azúcares de los productos lácteos), pero también los encontramos en las verduras y en algunos cereales en grano. Estos tipos constituyen una de las principales fuentes de energía para nuestro cuerpo, por lo tanto son necesarios en nuestro día a día.

Añadidos

Son aquellos que se agregan a ciertos alimentos y bebidas procesados en el momento de fabricarse. En algunos casos esos que se añaden son naturales, como la fructosa, pero también se agregan otros endulzantes como el azúcar blanco o moreno, melaza, miel, jarabe de maíz, etc.

Y no pensemos que éstos solo están presentes en caramelos, refrescos, zumos, frutas en almíbar y otros alimentos dulces. También muchos productos salados son ricos en azúcares añadidos, como por ejemplo el Ketchup, el pan de molde y, en general, las comidas preparadas y las salsas.

¿Por qué no conviene abusar?

Incluir demasiados azúcares en nuestra dieta pude causar deficiencias nutrimentales, aumento de peso, diabetes y obesidad. Hay que tener en cuenta que este tipo de productos ricos en azúcares, como por ejemplo los refrescos, aportan un alto número de calorías sin valor nutricional alguno. Sin embargo, si comemos una manzana, una pera o cualquier otra fruta que contiene azúcar natural, también estaremos aportando a nuestro organismo otros nutrientes necesarios.

El aparato digestivo también se ve dañado por la alta ingesta de azúcar (acidez, indigestión…) y nuestro dientes también sufren. Pueden deteriorarse provocándonos caries o gingivitis.

Ansiedad, dificultad de concentración o irritabilidad son algún síntomas que también puede desencadenar el alto consumo de azúcar ya que este provoca un subida de adrenalina.

Por eso, tal y como os decíamos al inicio hay que leer bien las etiquetas para que lo dulce, a la larga, no nos amargue.

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